domingo, 17 de agosto de 2008

Una competición olímpica de mucha altura

Una competición no puede ser de más altura cuando los participantes son dioses. Parece que en los cielos también está surgiendo efecto el espíritu olímpico y está animando a los dioses para competir en aquello que ellos saben hacer mejor, es decir, interferir en los asuntos y vidas mundanas de los seres humanos.
Quizás entusiasmado por la consecución de una medalla olímpica de alguno de sus fieles, Alá se animó a realizar uno de sus milagros. Ni más ni menos que se le ocurrió hacer que una mujer egipcia de 27 años diese a luz a siete bebés de una vez. Según palabras Ahmed Salam, el médico encargado del parto, "se trata verdaderamente de un milagro divino, la madre no había tomado algún tratamiento de fertilidad". Hay que aclarar que la mujer ya tenía otros tres hijos, con lo que de un golpe se han convertido en diez hijos a los que tiene que vestir, alimentar y cuidar. Allahu Akbar, Alá es el más grande.

Pero claro Dios no se iba a quedar cruzado de brazos ante tal demostración de grandeza. Igualmente entusiasmado por las proezas olímpicas de alguna de las ovejas de su rebaño, Él quiso también intervenir en las minucias cotidianas de los mortales y así superar la marca personal de Alá. Tras cierta delibaración le llegó la inspiración, y decidió hacer una de las suyas. Su milagro consistió en hacer que el precio de la gasolina bajase para los consumidores norteamericanos tras escuchar las oraciones de sus fieles en algunas gasolineras de ese país. Dios es todopoderoso.

Ahora queda que los jueces expertos se reúnan y den su veredicto sobre cuál de los dioses ha conseguido batir al otro en esta dura y divina disciplina olímpica que es hacer milagros. El que venza se lleva el oro y demuestra que está en mejor forma que su contrincante. Las aficiones de ambos esperan impacientes el resultado para poder festejar, cantar sus himnos y de paso odiarse mutuamente un poco más si cabe.
Sin embargo, existen ciertos infieles que cuestionan la utilidad o la equidad de estas supuestas hazañas divinas. Entre otras cosas se preguntan si Alá enviará ayuda económica y varios cuidadores para ayudar a esta desdichada familia que sin ser rica se ha visto de un golpe con diez hijos a los que cuidar. También se cuestiona el porqué Dios decidió ayudar a los consumidores americanos abaratándoles el precio de la gasolina y no impidió, por ejemplo, el enfrentamiento entre Rusia y Georgia (ambos países ampliamente cristianos) que ha dejado varios miles de muertos, cientos de miles de desplazados y una gran destrucción.

Los caminos de los dioses son misteriosos....