miércoles, 10 de diciembre de 2008

Monsanto avanza en pos de privatizar uno de los más preciados bienes comunes de la humanidad

La Unión Europea ha permitido la entrada en los mercados europeos y en la cadena alimenticia de otro organismo transgénico, también conocidos como OMG (organismos modificados genéticamente). En este caso se trata de la soja transgénica denominada MON-89788-1 producida por Monsanto.

La
Decisión de 4 de diciembre de 2008 de la Comisión europea, publicada el 11 de diciembre, ha dado permiso a Monsanto, la gigante corporación norteamericana que controla un 90% del mercado de transgénicos en el mundo, para comercializar su variedad de soja trangénica. No es la primera variedad que Monsanto logra introducir en Europa, el maíz transgénico MON863 ya fue aprobado como apto para el consumo humano, a pesar de existir dudas fundadas sobre sus efectos perniciosos.

En cuanto al etiquetado, la Decisión dice "A efectos de los requisitos de etiquetado específico [...] el «nombre del organismo» será «soja»". Lo que significa que los consumidores no tenemos la posibilidad de elegir entre productos que contengan soja transgénica o no.

Siempre pensé que uno de los pilares de la economía de mercado era la libertad de elección. Pues bien, esta Decisión de la Comisión europea demuestra que la libertad de elección no es más que una de las muchas quimeras del sistema capitalista de mercado. En resumidas cuentas, esto viene a significar que los intereses corporativos y comerciales priman sobre el derecho del consumidor a estar informado sobre lo que consume. Todo ello apunta a que la UE ha dado un giro radical en cuanto a la postura que tomó en 2001 en relación al etiquetado de cualquier producto que contuviese OMG; en aquel entonces se decidió tener un etiquetado claro y que se pudiese localizar el origen de cualquier producto listo para consumir.


Ya se había dado permiso a la corporación europea Bayer Crop Science en la Decisión de 8 de septiembre de 2008 para que comercializase su soja transgénica. Solo se me ocurre que esta Decisión fue motivada por el deseo de la Unión europea de no quedarse atrás en el lucrativo mercado de transgénicos, con lo que se decidió dar luz verde a la comercialización de este OGM de una corporación europea para que esta tuviese cierta ventaja sobre la gigantesca Monsanto. De nuevo los derechos e intereses de los ciudadanos y consumidores se pasaron por alto.

Bien merece la pena tener conocimiento sobre algunas de las practicas de esta gigantesca corporación llamada Monsanto que dejan al descubierto la falsedad de sus pretensiones filantrópicas.

Para comenzar, Monsanto produce ciertos organismos que denomina
Roundup ready. Roundup es un herbicida muy potente y destructivo que Monsanto produce y vende a nivel mundial. La tecnología roundup ready consiste en injertar moléculas del herbicida en el código genético de las plantas para que una vez plantadas y rociadas extensamente con el herbicida todo muera salvo la planta genéticamente modificada. Después, claro está, la planta entra dentro de la cadena alimenticia humana y los efectos sobre la salud humana son aun imprevisibles.

Monsanto también está implicada en el desarrollo de la llamada tecnología terminator, que consiste en la producción de semillas estériles con lo que agricultor que adquiera dichas semillas no tiene la posibilidad de guardar las semillas de la cosecha con el propósito de una futura siembra. En otras palabras, esta tecnología crea una dependencia absoluta del agricultor y además crea el riesgo de infección a otras especies vegetales a través de la polinización y volverlas también estériles.

La hormona rBGH, también llamada la hormona del crecimiento bovina, es inyectada en las vacas para que produzcan más cantidad de leche, aunque existen problemas derivados de su uso. El más común de entre ellos es la mastitis, que consiste en infecciones en las ubres, lo que genera cantidades excesivas de pus en la leche. También se incrementa el riesgo de infertilidad, de agotamiento, de salud deficiente y otros 20 efectos secundarios adversos. Un aumento de infecciones de ubres eleva el uso de antibióticos en las vacas. Estos antibióticos y sus residuos se filtran en la leche y pueden causar reacciones alérgicas en algunos individuos sensibles y contribuir al crecimiento de la resistencia antibiótica de las bacterias. Estados Unidos es uno de los pocos países donde todavía se permite el uso de la rBGH. La Unión Europea prohibió la rBGH al igual que Australia, Nueva Zelanda y Canadá, sobre todo por los efectos adversos en la salud de las vacas aunque también con respecto a los efectos a largo plazo sobre la salud humana.

El agente naranja fue otra de las atrocidades en las que Monsanto se ha visto involucrada. Consistía en una mezcla de dos herbicidas hormonales. Fue usado como defoliante por el ejército estadounidense en la Guerra de Vietnam, y su uso dejó terribles secuelas en la población y medioambiente de aquel país y en los propios soldados estadounidenses. Las secuelas se notan principalmente en los descendientes de los sujetos expuestos, que tienen grandes probabilidades de sufrir malformaciones. Las demandas de las 4.000.000 de víctimas vietnamitas del agente naranja presentadas por la Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja han sido rechazadas por la justicia norteamericana. Sin embargo se acordó indemnizar a los soldados americanos que se vieron afectados.

Los posibles efectos perniciosos de los OMG en la salud humana es solo uno de los aspectos negativos de esta problemática. Existe también el gran riesgo de que cada vez más formas de vida sean patentadas y privatizadas, pudiendo poner fin a uno de los principios más importantes de todo el período de la historia de la civilización humana que abarca desde los comienzos de la revolución neolítica, hace unos 9000 años, hasta nuestros días. Es decir, la calidad de bien común a toda la humanidad de los organismos utilizados para nuestra alimentación.

La revolución neolítica implicó el primer periodo de cambios radicales como la agricultura, la domesticación de animales y la invención de la alfarería entre otros. Durante el periodo neolítico se dio la primera revolución que transformó la economía humana: el control del ser humano sobre su propio abastecimiento de alimentos. Los humanos comenzaron a sembrar, a cultivar y a mejorar por selección algunas hierbas, raíces y arbustos comestibles
(sepiensa.org.mx).

Esta ha sido la forma en que desde entonces los seres humanos han logrado la modificación genética de muchos organismos. El proceso también se puede interpretar como una
evolución dirigida por el hombre que altera los genes de organismos domésticos y/o cultivados y favorece características heredables de las especies según las preferencias humanas. El resultado ha sido un aumento exponencial de la población humana y de la
variabilidad genética.


Pues bien, de seguir extendiéndose el control de Monsanto sobre la propiedad de organismos, su calidad como bienes comunes de la humanidad desapa
recería y pasarían a pertenecer únicamente y exclusivamente a la susodicha corporación, lo que equivale a una privatización de la vida.

Igualmente existe el problema del monopolio y del poder de influencia, ya que Monsanto controla alrededor de un 90% de todos los OMG que se producen a nivel mundial. De nuevo uno se pregunta si las críticas que se lanzaban contra el modelo socialista, y en concreto en contra del monopolio que ejercía el Estado, no era más que una cuestión de formas; en realidad el problema no eran los monopolios, sino su calidad de monopolios públicos, los monopolios privados no parecen enfurecer tanto a nuestros políticos.

Para hacerse una mejor idea de toda la problemática que rodea la implantación y comercialización de transgénicos, incluyo una serie de vínculos seguidamente que nos ayudarán a informarnos y a tomar posición en este debate tan importante sobre la privatización de bienes comunes de la humanidad y sus consecuencias para la salud del planeta en su conjunto.

Le monde selon Monsanto (en francés con subtitulo en español). Recomiendo ardientemente este reportaje de la periodista francesa Marie Monique Robin.

El documental The future of food, El futuro de la comida en español, es muy esclarecedor y también merece la pena ser visto.

También se puede leer sobre Monsanto y los OMG en Wikipedia (en español, y en inglés).

Greenpeace tiene numerosos artículos sobre Monsanto.

Combat Monsanto es un sitio web muy informativo e interesante sobre la lucha para detener el avance de la poderosa corporación.


PD: A día de hoy (20/02/2009) no he recibido aun respuesta a una pregunta que formulé al servicio de información al ciudadano del Parlamento europeo sobre la aprobación de la Decisión de la Comisión europea, especialmente en lo que parece suponer un cambio de política en cuanto al estricto etiquetado de los OMG. Espero recibir alguna respuesta porque de lo contrario el silencio no diria nada en favor del Parlamento europeo o de la Comisión y de su supesta preocupación por los intereses de los ciudadanos europeos por encima de los intereses de las grandes corporaciones.

PD1: Hoy 04/03/2009 he recibido respuesta a mi pregunta al Parlamento europeo sobre este tema. He de leer la información que me han enviado tras lo cual actualizaré esta entrada.

PD2: 28/07/2010. Siento no haber actualizado esta entrada antes, y gracias por el interés mostrado. La razón ha sido la escueta respuesta que recibí del Parlamento Europeo en la que remiten a algunas Decisiones y Reglamentos ya publicados donde yo he de buscar la información que les demandé. Una actitud un tanto perezosa a mi modo de ver. Por cierto ayer se publicó otra Decisión el la que se autoriza otro producto OMG, en este caso el maíz denominado MON89034xNK603 por Monsanto y el SYN-BTØ11-1 por la compañía europea Syngenta Seeds S.A.S. A mi parecer la UE traiciona de manera solapada el sentir de la mayoría de los europeos en esta materia.

Interesante artículo http://www.presseurop.eu/es/content/article/294351-libre-los-omg sobre el tema "Vía libre a los OMG"

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Un día para la memoria colectiva, una oportunidad única para abandonar el paradigma neoliberal

A pesar de que no comparto los análisis exaltados de algunos comentaristas, que califican la campaña electoral y el día de elecciones en los EEUU como el más grande de los espectáculos políticos del mundo, he de confesar que la victoria del demócrata Barack Obama sobre el republicano John McCain me ha emocionado y me llena de esperanza en que el futuro próximo de los EEUU --con las grandes implicaciones que conlleva para el resto del mundo-- va a ver grandes esfuerzos de conciliación, inclusión y responsabilidad por parte de la administración Obama para con sus ciudadanos y con el resto del mundo, en un claro y honesto alejamiento de la visión política que ha dominado la política estadounidense desde la llegada al poder de Ronald Reagan en 1981, y que ha contaminado igualmente a demócratas como a republicanos.

Cierto es que los presidentes republicanos desde Reagan (George Bush sénior y junior) se han volcado de una manera mucho más vehemente en el conjunto de visiones, prácticas y valores conocidos como el paradigma neoliberal. Sin embargo, también es cierto que el presidente demócrata Bill Clinton abrazó alegremente muchos de los principios y prácticas de esta ideología. Fue precisamente él quien dijo "la era de los gobiernos grandes se ha acabado", parafraseando de alguna manera la frase de Reagan "el gobierno es el problema no la solución", y queriendo mantener alguna cercanía en la esperanza de no atemorizar a aquellos que mantenían la sabiduría convencional neoliberal, entre los cuales estaban muchos de los que financiaron su campaña electoral.

El concepto de libertad en los EEUU ha sido durante demasiado tiempo retratado y entendido por las élites político-económicas como la no injerencia del gobierno en los asuntos y, sobre todo, en los negocios propios. Esta asociación además de ser muy estrecha de miras tiene un sesgo muy importante, ya que ha sido ampliamente apoyada y promocionada por las élites y los adinerados y vendida de forma machacante al resto de la ciudadanía a través de la propaganda.

Sin embargo, existen visiones del concepto de libertad mucho más amplias e incluyentes. Entre ellas, por ejemplo, está la que propuso el premio Nobel de economía Amartya Sen. Según Sen la libertad no se puede entender si no es a través del desarrollo de las capacidades humanas, para que cada individuo pueda elegir entre diferentes maneras de pensar y qué tipo de vida quiere seguir. Esto conduce a un enriquecimiento de la vida de los seres humanos que nada tiene que ver con el enriquecimiento puramente económico asociado con la visión neoliberal de la libertad.

La cuestión de si la administración Obama dará un cambio de rumbo hacia un paradigma que englobe un conjunto de visiones, practicas y valores más incluyentes, igualitarios, responsables y consecuentes es quizás la cuestión más importante que se plantea tras su elección a la presidencia de los EEUU. No basta con llegar a la presidencia y seguir aplicando el mismo paradigma neoliberal que ha causado el descalabro socio-económico en el que nos encontramos.

Una de los aspectos más importantes de la victoria de Obama es el haber logrado algo que pocos presidentes han conseguido anteriormente. Con una participación electoral histórica en los EEUU, que según parece ronda el 65%, Obama ha conseguido unificar el voto de las más diversas profesiones y condiciones sociales. No solo lo han apoyado los afroamericanos, sino también mayoritariamente los hispanos, la clase media, las mujeres y la gente menor de 45 años. McCain por su parte recibió el apoyo mayoritario de los hombres blancos, los mayores de 45 años, los cristianos evangélicos y los conservadores.

El apoyo masivo a Obama no tiene como único o más importante aspecto su condición de afroamericano. De ser así solo los afroamericanos lo hubiesen votado. No, Obama ha sabido ofrecer esperanza de cambio a una muy diversa base ciudadana que ha visto durante las últimas décadas como su bienestar ha retrocedido en beneficio de una minoría rica e influyente y como la movilidad social se ha visto prácticamente anulada.

El neoliberalismo promueve la llamada "economía del goteo" (trickle-down economics en inglés) o economía de las migajas, como me gusta llamarla a mí. Es decir, el recorte de impuestos y libertad máxima de movimiento a empresas, negocios y ricos tiene, en teoría, un efecto beneficioso sobre el resto de la población que se beneficia de la riqueza creada de manera indirecta. Esta quimera del oro se nos ha vendido durante tres décadas sin que haya sido probada empíricamente en prácticamente ningún lugar del mundo, y forma parte de lo que el economista John Kenneth Galbraith llamaba "sabiduría convencional". Recientemente un informe de la OCDE, organización no precisamente crítica del paradigma neoliberal, ha resaltado como la desigualdad y los niveles de pobreza han crecido y la movilidad social se ha estancado en los países pertenecientes a la organización desde mediados de los años 70 hasta nuestros días. Muchas otras organizaciones, investigadores y académicos han insistido sobre estos errores de la ideología neoliberal. Cualquier economista, sociólogo, politólogo que se precie ha de descartar cualquier afirmación no demostrada empíricamente durante un periodo tan extenso como tres décadas.

Se presenta una oportunidad única para la administración Obama. Jamás, desde el abandono del paradigma social-demócrata a partir de la década de los 70, se ha presentado una coyuntura como la actual que favoreciese un cambio hacia una forma de democracia más inclusiva, igualitaria, responsable y sostenible. Tras la victoria de Thatcher y Reagan, los gobiernos de ambos países ejercieron su gran influencia en los organismos y economía internacionales para impulsar el paradigma neoliberal. En esta ocasión única la administración Obama debería ejercer su peso para revertir ese proceso.

La mejor de las noticias para el gran abanico de ciudadanos de todas las profesiones y condiciones que han apoyado a Obama, y también para el resto del mundo, será un giro y abandono claro del dogma neoliberal que responda a las necesidades de la inmensa mayoría de los seres humanos y no a una élite de privilegiados en espera de que sus migajas nos lleguen a los demás.

jueves, 23 de octubre de 2008

Chronicle of a Death Foretold...long death to the neoliberal dogma

In my previous post, Bipolar Economic Disorder (BED) (in Spanish), I argued that the neoliberal orthodoxy favours an economic model which presents striking similarities, in terms of behaviour, to a person with Bipolar disorder. As with many other euphemisms, the term "economic or business cycle" has been used by the neoliberal orthodoxy to try and disguise the irrational, ineffective and disruptive aspects of the model they support.

For years many academics, authors, intellectuals, activists, and most importantly grassroots organizations have been criticising and denouncing the many flaws of the neoliberal paradigm, that is, the set of assumptions, concepts, values, and practices that constitutes the way of viewing reality that came to dominate world politics and economics since the rise to power of Ronald Reagan and Margaret Thatcher in the 1970s. Some authors have been very critical of the neoliberal paridigm since then, when the social democratic ideology was clearly receding. Such was the case of the late Susan Strange who voiced her brilliantly researched criticisms of neoliberalism in books such as Casino Capitalism or The Retreat of the State. The Nobel laureate Joseph Stiglitz has also been a vociferous critic of the neoliberal approach. His research exposed some market flaws such as the asymmetry of information, which deals with the study of decisions in transactions where one party has more or better information than the other, thus creating an imbalance of power in transactions. Another fierce critic of the neoliberal ideology, the economist Paul Krugman, has been awarded the 2008 Nobel Prize. It might be a coincidence, but awarding the prize to Stiglitz (2001) and Krugman in these times when the neoliberal paradigm clearly rears its ugly head resembles the prizes given in the 1970s to Friederich von Hayek and Milton Friedman; both being very prominent neoliberal thinkers and the 1970s a decade when social democracy was on the retreat, particularly in English-speaking countries.

The Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) —an organization not particularly critical of the hands off the economy approach— has recently produced a report which claims that income inequality in OECD countries grew steadily from the mid-1970s and only dipped briefly in the mid-1990s. The report (Guardian article) also claims the UK is still one of the world's most unequal countries and that in 2005 the earnings gap between rich and poor was still 20% wider than in 1985. Interestingly enough the UK is the European country where the neoliberal paradigm has been applied more vehemently since the rise to power of Thatcher in 1979.

Is market democracy receding to give way to a new tide of social democracy?

There are some indications that point to a change in the collective perception of what constitutes a socio-economic system that benefits societies and the world as a whole. Some opinion formers, those who have a lot of influence over what the public thinks about things, are surpisingly begining to be critical of some aspects of the neoliberal paradigma.

One of them, the former Federal Reserve chairman Alan Greenspan, an otherwise champion of the laissez faire approach to the economy, has conceded that the global financial crisis has exposed a "mistake" in the free market ideology (Guardian article). He said that "I made a mistake in presuming that the self-interests of organizations, specifically banks and others were such that they were best capable of protecting their own shareholders and their equity in the firms". Never mind the well-being of society as a whole and especially those least favored.

Some prominent politicians who have never been outspoken critics of laissez faire economics have also joined the blame game and finger pointing instead of accepting some responsibility, even if halfhartedly as Alan Greenspan did. Such is the case of Nicolas Sarkozy, repeatedly compared to Margaret Thatcher, and who now says the State needs to have a much more prominent role in the economy and that a new Bretton Woods is needed since the "Anglo-Saxon" model of unrestrained markets has failed. What an excersise of doublethink, I could not think of a bigger turncoat than Mr Sarkozy. And it seems that Prime Minister Gordon Brown and Sarkozy are vying to become Europe's most vociferous critic of neoliberalism (Telegraph article), in the hope, one suspects, of gaining some political capital out of this huge political-economic mess.

The economist John Kenneth Galbraith brilliantly used the term conventional wisdom in his book The Affluent Society to describe the kind of ideas or explanations that are generally accepted as true by the public or by experts in a field. The term implies that those ideas or explanations, though widely held, are unexamined and, hence, may be reevaluated upon further examination or as events unfold. This is precisely what seems to be happening as the current economic crisis unfolds.

All in all, the neoliberal tide seems to be definitely on the retreat, but how long it will take to give way to a different paradigm is rather difficult to foresee. Maybe it will not happen until the world is hit by the next crisis. There is a sad aspect of human beahviour which prevent us from acting until something really dreadful happens. Hopefuly we will be able to react before we suffer another Geat Depression, and have more mass unemployment, homeless families, hunger, suicides, and wars. Another sad aspect of our collective behaviour in the rich and developed countries is that we have a tendency to react only when things go badly for us.

A change of course is well overdue. This capitalist casino that our economic system has turned into ought to change, sooner rather than later, into a more inclusive, egalitarian, responsible and sustainable paradigm.

viernes, 10 de octubre de 2008

Trastorno económico bipolar (TEB)




"El
trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido popularmente como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva, es un trastorno del estado del ánimo que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas)."



"Los ciclos económicos pueden definirse como las oscilaciones de la expansión a la contracción de la Economía, que ocurren entre crisis sucesivas. El período más alto del ascenso se denomina auge. Todo ascenso culmina en un descenso."




Hagamos caso omiso a los
eufemismos que utilizan la mayoría de políticos y economistas para describir la actual crisis económica y que se repiten sin cesar desde los grandes medios de comunicación. No estamos presenciando el final de una fase de expansión de la economía, ni estamos entrando en una fase de contracción. No se puede culpar a unos cuantos directivos y/o accionistas de bancos de haber arrastrado, en sus ansias por el beneficio rápido, a todo el sistema a la crisis.

No, esta crisis es sistémica, es decir, afecta a todo el sistema en su conjunto, y tiene su origen en la tendencia del sistema capitalista de mercado a oscilar entre boom y crisis de manera incesante. Además, existe entre la ortodoxia político-económica de nuestros días una visión que lejos de presentar este aspecto como un problema a tratar, lo presenta como un episodio más en el ciclo por el que hay que pasar para que el sistema se depure. En particular la ideología político-económica neoliberal, promueve una visión (panacea) del sistema económico que otorga un papel minimalista al Estado que en todo caso solo ha de velar por el libre y buen funcionamiento del omnipotente mercado.

Así que tenemos un modelo económico que tiene una tendencia innata y patológica hacia la crisis o el boom, y una ideología político-económica reinante que encumbra y potencia esa patología argumentando que es lo mejor para la sociedad, que hay que dejar que la mano invisible del mercado actúe lo más libremente posible y que el Estado se retire de la vida publica. Ello nos conducirá, si no hemos llegado ya, a la mejor de las sociedades posibles.

Si sustituyésemos al sistema económico por una persona que tuviese una tendencia a sufrir temporadas alternantes de gran euforia con otras de profunda depresión, la prescripción facultativa neolibreal consistiría en dejar que esa persona crea que su comportamiento no solo es completamente normal, sino además el mejor de los comportamientos posibles para sí mismo y la sociedad. Además se recomendaría evitar a toda costa que ningún profesional de la psiquiatría pudiese intervenir y recomendar tratamiento alguno que condujese a un cambio de comportamiento.

¿Cuales serían las consecuencias de tal modo de actuación?, posiblemente terminaríamos matándonos entre todos o caeríamos en un completo caos social.

La visión político-económica neoliberal que impera en nuestros días comenzó a adquirir relevancia e influencia con la llegada al poder en la década de los 70 de Reagan y Margaret Thatcher en los EE.UU. y el R.U. respectivamente. Esta visión emana de la obra de Adam Smith y su famosa mano invisible, y posteriormente, entre otros, de Friedrich von Hayek, considerado el padre del pensamiento neoliberal. Hayek era un ardiente defensor del liberalismo económico y otorgaba al sistema democrático un papel secundario. En todo caso, Hayek argüía, se debería alcanzar una “democracia de mercado”, es decir, las ideas políticas han de estar siempre supeditadas al liberalismo económico, de lo contrario más valdría tener un sistema no democrático que garantizase el libre funcionamiento del mercado. Ideas como la “justicia social”, “la redistribución de las riquezas” y la “regulación” eran -- y siguen siendo para los actuales defensores del pensamiento neoliberal –- anatema, es decir, algo maldito, fuera de la susodicha ideología.

Thatcher hizo famosas algunas afirmaciones tales como que “la sociedad no existe como tal, existen los hombres y las mujeres como individuos y también las familias”. Esta sorprendente afirmación emana igualmente de la visión de Adam Smith sobre cómo solo el puro interés personal de cada individuo, sin tener en cuenta alguna otra razón de carácter menos egoísta, puede traer prosperidad y libertad al conjunto de individuos, como si hubiese una mano invisible que equilibra las acciones de unos y de otros. También hizo famosa la dama de hierro la frase “no hay alternativa” (a la ideología neoliberal). En definitiva, no hay mejor prescripción que la de comercializar todas y cada una de las áreas de interacción humana, sin dejar lugar alguno al altruismo, la solidaridad y la responsabilidad para con los otros seres humanos y el planeta.

Visto el descalabro económico, y por ende socio-político, de los últimos tiempos, esa visión de individuos egoístas que solo buscan su propio interés, que anteponen la no interferencia en sus negocios y asuntos a cualquier otra consideración, y que creen que un modelo socio-económico que más bien se comporta como una caprichosa montaña rusa favorece la mejor de las sociedades posibles. Visto todo esto no cabe más que diagnosticar que estamos regidos por un sistema maníaco-depresivo que de no cambiar nos llevará casi con toda certeza a algún cataclismo social como la Gran Depresión de los años 30 que tuvo tan desastrosas consecuencias.

Hay mejores y más humanas alternativas a la ideología egoísta-maníaco-depresiva neoliberal.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Pagando los platos rotos de la exuberancia irracional del mercado

Una de las piedras angulares del modelo (panacea) capitalista neoliberal que impera en nuestros días es la visión que otorga al Estado un papel mínimo, a lo sumo de mero facilitador del buen funcionamiento del mercado. Según esta ideología político-económica, el Estado ha de limitarse a las funciones de protección contra la violencia, el robo, el fraude, el pago de las deudas, y sobre todo evitar la violación de los sacrosantos contratos. Cualquier otro Estado más intervencionista, que se atreva a regular, y sobre todo a redistribuir las riquezas (que San Adam Smith no lo permita), viola el derecho de las personas a no ser forzadas a hacer ciertas cosas y es injustificable.

Pues bien, los últimos acontecimientos que han conmocionado y sacudido los mercados financieros de todo el mundo, a raíz de la crisis de crédito y la enorme burbuja especulativa del sector inmobiliario en los EEUU y otros muchos países, han echado por tierra el susodicho principio. El gobierno de los EEUU ha tenido que salir al rescate del sector financiero sacándose de sus arcas cantidades astronómicas que pueden acercarse a los tres billones de dólares (casi tres millones de millones, 2 800.000.000.000, Guardian article), una intervención sin precedentes que solo encuentra parangón en la que precedió a La Gran Depresión de los años 30. Claro está, ese dinero procede de los impuestos que los ciudadanos pagan al Estado, que pagan los platos rotos de lo que Alan Greenspan, en un lapsus mental, calificó como exuberancia irracional del mercado. En otras palabras, la supuesta e infinitamente superior y omnipotente mano invisible del mercado le pide a su bestia negra, el Estado, con ojitos de cordero degollado que la salve de la más absoluta catástrofe.

No son solo los ciudadanos norteamericanos los que pagan, en Europa y el resto del mundo también pagamos a través de nuestros bancos centrales, desde donde se han inyectado enormes cantidades de dinero en el mercado financiero norteamericano para evitar su hundimiento, arrastrándonos también hacia la crisis. Parece incluso que en algunos países (EEUU, Reino Unido, Benelux) se van a nacionalizar bancos y entidades financieras en el centro de esta debacle. Todo ese dinero que los gobiernos centrales están desembolsando no solo sale de los bolsillos de los contribuyentes, sino que además se deja de destinar a causas mucho más laudables como la educación, las infraestructuras, los sistemas de salud y otras causas sociales. Como ha apuntado Joseph Stiglitz, la crisis de Wall Street es debida a la hipocresía y avaricia de los fundamentalistas de mercado que han impuesto durante demasiado tiempo su fe ciega en la desregulación y el poder de la mano invisible.

Pues bien, es hora no solo de introducir más regulación, sino de rediseñar el sistema financiero en su conjunto. Tras la crisis de La Gran Depresión, llegó la elección en 1932 de Franklin Delano Roosevelt, quien puso sobre la mesa el famoso New Deal, que vino a significar un giro radical con respecto a la política económica anterior que se basaba en el llamado principio de laissez faire, o lo que es lo mismo, el Estado ha de limitarse a funciones mínimas que a lo sumo faciliten el buen funcionamiento de los mercados...¿suena familiar? Uno de los objetivos principales del New Deal fue el establecimiento de controles bancarios más estrictos para evitar que se pudiera provocar otro crack bursátil en el futuro, lo que funcionó bastante bien hasta la llegada en la década de los 70 de Reagan y Thatcher, tras otra gran crisis llamada crisis del petróleo, quienes lograron imponer su visión neoliberal y minimalista del Estado.

Es difícil evitar las comparaciones entre ambos acontecimientos. Ambas crisis fueron provocadas por la excesiva permisividad hacia los mercados, su exuberante irracionalidad y su exclusiva fijación en el beneficio rápido y copioso. Al igual que La Gran Depresión, esta crisis precede a unas elecciones generales en los EEUU.

Lo único que queda esperar pues es que, al igual que La Gran Depresión, esta crisis haga reflexionar a políticos y ciudadanos y que se establezcan prioridades distintas a las de enriquecer más aun a los ya ricos en la esperanza de que sus migajas nos ayuden a vivir a los demás. En el supuesto caso de que el candidato demócrata Barack Obama ganase las elecciones de noviembre de este año, debería tomar ejemplo del New Deal de Roosevelt y cortarle las alas a esas langostas financieras que cuando se hacen enjambre causan estragos en su insaciable apetito por el beneficio. Ellos jamás se van a cortar las alas, así que es la obligación de los ciudadanos el exigir a los políticos que lo hagan por nosotros.

Es hora de que se retire el tsunami neoliberal y entre la marea social-demócrata.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Ciclismo en los Alpes de Austria, Galtür, Silvretta Hochalpenstrasse

Como prometí (a mi mismo más que nada) escribo unas líneas y cuelgo unas fotos de nuestras últimas vacaciones en los Alpes.

Nos hospedamos en un pequeño pueblo de montaña llamado Galtür en el Tirol austriaco. El lugar es idílico para relajarse y hacer todo tipo de actividades al aire libre. A mi particularmente me atraía muchísimo hacer ciclismo por la zona, y la verdad es que he disfrutado como un niño subiendo y bajando esos puertos de montaña y admirando esos paisajes tan maravillosos.


Uno de los principales atractivos para mi era subir el Silvretta Hochalpenstrasse, un puerto de montaña de 14,5 Km, 7% de desnivel medio, 1000 metros de desnivel total y 32 curvas en herradura. Las curvas están numeradas, y es un disfrute ir viendo como vas reduciendo las curvas hasta la cima.


Subí dos veces el Silvretta Hochalpenstrasse, no el mismo día desde luego, y aunque la primera vez fue más emocionante, la segunda lo pude disfrutar más físicamente. La primera vez lo hice en hora y veinte minutos y terminé con una media pájara, imagino porque mi cuerpo no estaba aun hecho a la altitud y un esfuerzo tan prolongado en la bici. La segunda vez sin embargo, me encontré mucho mejor e hice una hora y diez minutos.

Jamás había subido un puerto tan largo y tan duro, y sobre todo con un paisaje tan esplendido como el de los Alpes.


También hice algunas otras rutas por la zona que disfruté igualmente por la belleza y la dureza de esos paisajes y carreteras. En torno al lago de Kops Stau hice un par de rutas que me encantaron. Desde el Kops Stausee hice un descenso y una subida que tenían un desnivel brutal. Muchos tramos andaban al menos por el 15% de media ya que me costó la misma vida subir esas rampas.

Tanto era el desnivel que tenía que echar el peso de mi cuerpo hacia delante para que la bicicleta no se volcase hacia atrás. Ahí me di cuenta de que realmente me encuentro en una forma más que decente, porque el corazón y los pulmones trabajaban casi al máximo para que mis piernas pudieses mover la bicicleta cuesta arriba.


El esfuerzo físico fue para mi uno de los grandes alicientes. Más que nada por el reto personal de ver que mi cuerpo me permite disfrutar de esos paisajes a pesar de estar jadeando y sudando de lo lindo. No me importó lo más mínimo hacer buenos tiempos o superar a otros ciclistas, fue puramente personal, gozar de la sensación de llegar a la cima sin haber puesto un pie en el suelo. Es una sensación magnifica.


Finalmente no hice el otro puerto que tenía intención de subir, el paso dello Stelvio en Italia. Quedaba un poco lejos de donde estábamos y además era bastante más duro que el Silvretta. Con casi 25 Km y unas rampas brutales, suponía hacer un esfuerzo casi al máximo de entre dos o tres horas, y para eso hay que estar bastante más preparado. Otra vez será.

domingo, 17 de agosto de 2008

Una competición olímpica de mucha altura

Una competición no puede ser de más altura cuando los participantes son dioses. Parece que en los cielos también está surgiendo efecto el espíritu olímpico y está animando a los dioses para competir en aquello que ellos saben hacer mejor, es decir, interferir en los asuntos y vidas mundanas de los seres humanos.
Quizás entusiasmado por la consecución de una medalla olímpica de alguno de sus fieles, Alá se animó a realizar uno de sus milagros. Ni más ni menos que se le ocurrió hacer que una mujer egipcia de 27 años diese a luz a siete bebés de una vez. Según palabras Ahmed Salam, el médico encargado del parto, "se trata verdaderamente de un milagro divino, la madre no había tomado algún tratamiento de fertilidad". Hay que aclarar que la mujer ya tenía otros tres hijos, con lo que de un golpe se han convertido en diez hijos a los que tiene que vestir, alimentar y cuidar. Allahu Akbar, Alá es el más grande.

Pero claro Dios no se iba a quedar cruzado de brazos ante tal demostración de grandeza. Igualmente entusiasmado por las proezas olímpicas de alguna de las ovejas de su rebaño, Él quiso también intervenir en las minucias cotidianas de los mortales y así superar la marca personal de Alá. Tras cierta delibaración le llegó la inspiración, y decidió hacer una de las suyas. Su milagro consistió en hacer que el precio de la gasolina bajase para los consumidores norteamericanos tras escuchar las oraciones de sus fieles en algunas gasolineras de ese país. Dios es todopoderoso.

Ahora queda que los jueces expertos se reúnan y den su veredicto sobre cuál de los dioses ha conseguido batir al otro en esta dura y divina disciplina olímpica que es hacer milagros. El que venza se lleva el oro y demuestra que está en mejor forma que su contrincante. Las aficiones de ambos esperan impacientes el resultado para poder festejar, cantar sus himnos y de paso odiarse mutuamente un poco más si cabe.
Sin embargo, existen ciertos infieles que cuestionan la utilidad o la equidad de estas supuestas hazañas divinas. Entre otras cosas se preguntan si Alá enviará ayuda económica y varios cuidadores para ayudar a esta desdichada familia que sin ser rica se ha visto de un golpe con diez hijos a los que cuidar. También se cuestiona el porqué Dios decidió ayudar a los consumidores americanos abaratándoles el precio de la gasolina y no impidió, por ejemplo, el enfrentamiento entre Rusia y Georgia (ambos países ampliamente cristianos) que ha dejado varios miles de muertos, cientos de miles de desplazados y una gran destrucción.

Los caminos de los dioses son misteriosos....

miércoles, 2 de julio de 2008

¿Quieres saber si el "waterboarding" es tortura?, pregúntale a Christopher Hitchens

Christopher Hitchens escribió un polémico articulo el año pasado en el que argüía que existe una distinción entre lo que él llamaba "interrogatorio extremo" y "tortura". Se refería al famoso y atroz eufemismo que la administración Bush ha dado a una forma de tortura denunciada como una simple y aterradora simulación de ahogamiento. Amnistía Internacional (en su campaña unsubcribe-me), y otros grupos e individuos que defienden los derechos humanos habían denunciado estas prácticas no solo como una violación de los mismos, sino como algo totalmente contraproducente en lo que se ha venido a llamar "guerra contra el terrorismo".

Hitchens había sido muy criticado desde sectores de la izquierda, defensores de los derechos humanos y por muchos otras personas que entendían que no solo se puede presentar el caso de torturar a alguien que no es culpable de nada, sino que además incluso en el caso de ser alguien que pudiese ofrecer información, esta no podía ser arrancada de una persona de una manera tan inhumana y brutal. Toda batalla se pierde cuando se utilizan las mismas tácticas atroces que el enemigo, primero se pierden moralmente y después a todos los demás niveles.

Pues bien, Hitchens accedió al reto de sus críticos que le proponían que probase en sus propias carnes esa distinción mental que él se había sacado de la manga. En este vídeo él mismo relata antes y después de la experiencia sus sensaciones y emociones.

Su conclusión es muy clara; al "waterboarding" no se le puede llamar de ninguna otra forma que no sea simple y claramente tortura. A pesar de sus numerosas polémicas, creo que Hitchens hace un esfuerzo por afrontar a sus críticos con honestidad. Ojalá el señor Bush fuese tan honesto, y en vez de decir que esta forma de tortura es "una técnica mejorada y aceptable de interrogación", él mismo se ofreciese a experimentar en sus propias carnes lo que en su mente puede sonar como una especie de juego infantil.

viernes, 20 de junio de 2008

Masoquismo ciclista

Este año vamos de nuevo a los Alpes austriacos ya que nos encantó la experiencia del año pasado. En concreto a Galtür, en los Alpes de la región de Tirol, donde hay uno de esos magníficos hoteles para familias en el que hay servicios y actividades para todos y para todo. En particular para mí, uno de los atractivos más grandes es el intentar subir en bici el Silvretta Hochalpenstrasse. Este "puertecito" de montaña de 14.5 Km y unas 32 curvas en herradura me hizo plantearme el reto el año pasado de ponerme en forma e intentar subirlo. Así que tras nuestras vacaciones en la zona en septiembre, y siempre que consiga subirlo y no me dé una pájara, pondré una líneas y unas fotos de la subida.

Pero la cosa no queda ahí. Si se me da bien el Silvretta Hochalpenstrasse y me encuentro fuerte intentaré subir el monstruo del Passo dello Stelvio (foto de abajo), puerto italiano de primerísima categoría que es famoso porque el Giro lo ha subido en numerosas ocasiones y se encuentra entre los más exigentes de la prueba ciclista italiana.

Con 24.5 Km, 2758 m. de altura (el más alto de Italia y uno de los más altos de Europa), unas rampas demoledoras y 48 curvas en herradura en la cara norte, me entra una especie de deseo irreprimible de subirlo.


Así que lo dicho, cuando regrese de los Alpes, si llego de una pieza prometo escribir unas líneas y colgar algunas fotos sobre la(s) subida(s). Debe ser masoquismo porque el hecho de subir estos puertos, a sabiendas de que voy a sufrir de lo lindo, me produce un entusiasmo y unas ganas de andar en bici por esos lugares que hacen que me recree pensar en ello.

jueves, 24 de abril de 2008

Monedas en enjambres furiosos; lo que no se suele decir sobre la crisis alimentaria

A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Esta es una de las poderosas imágenes que Federico García Lorca utilizó en su poema La Aurora, incluido en su obra Poeta en Nueva York. A veces esta imagen parece tomar forma en mi mente cuando me informo sobre el papel que juegan, sobre todo, los fondos de inversión de alto riesgo, con su insaciable preocupación por producir beneficios rápidos y copiosos para sus inversores y directivos. Tras leer un artículo en Spiegel sobre el papel de los especuladores en la crisis mundial de alimentos básicos fue precisamente la imagen del poema de Lorca la que se me vino a la mente.

La crisis mundial de alimentos básicos está siendo retratada por los medios de comunicación dominantes en muchos casos de una manera bastante superficial y sesgada (véase este articulo de El País como ejemplo y este otro artículo de la BBC como excepción. El País parece comenzar a reflejar en este artículo una visión más amplia tras la ultima cumbre de la FAO).

Las causas que se le achacan a la crisis suelen ser principalmente el uso de los biocombustibles, el crecimiento de la población mundial y el mayor consumo sobre todo en países como la India o China. Es decir, la culpa de la crisis recae, como siempre, en los países en vías de desarrollo, que debido a su mayor uso de biocombustibles (con el caso de Brasil como ejemplo más citado) o su desmesurado número de habitantes parecen crear una crisis que sobre todo les afecta a ellos mismos.

Se le ha dado bombo y platillo a las declaraciones de un experto de la ONU que comparó el uso de los biocombustibles con "un crimen contra la humanidad". A pesar de que tanto el uso de los biocombustibles como el incremento del consumo en los países en vías de desarrollo tienen un papel importante en el marcado incremento de precios de alimentos básicos, se deja pasar entre otras cosas el impacto de los subsidios agrarios en Europa y EE UU y el papel que los fondos de inversión de alto riesgo tienen en la crisis, y ello a pesar de que también desde la ONU se hace hincapié en estos últimos temas. Es decir, se deja de lado la parte de culpa que le correspondería a los países ricos e industrializados en la crisis. De esta manera, los medios de comunicación dominantes prefieren echar mano de los biocombustibles y el aumento de la población mundial, quizás porque son temas más fáciles de entender y porque le dan un carácter más sensacionalista a la noticia.

El impacto de los políticas agrarias en EE.UU. y Europa en la actual crisis alimentaria es innegable. Durante varias décadas los precios de productos básicos como el trigo, el arroz o el maíz se mantuvieron artificialmente bajos a nivel mundial a causa de los subsidios a la producción y a la exportación de estos productos en las citadas economías. Estos subsidios permitían colocar los productos en el mercado mundial a precios muy inferiores a los que se venderían normalmente. Los efectos principales han sido, además del mantenimiento de precios bajos, la concentración de la producción en las citadas economías y en otros pocos grandes productores, y la peor de todas, el forzar a los pequeños agricultores de los países en desarrollo (que representan la inmensa mayoría) a abandonar su modo de vida al no poder competir con los agricultores de Europa y EE.UU. Millones han visto y sufrido la perdida de sus modos de vida (hay que tener en cuenta también los subsidios a la ganadería). No es ninguna sorpresa por lo tanto que los que más sufren esta crisis alimentaria sean los países en desarrollo, especialmente los más pobres, y que sus sistemas de agricultura (en gran parte de subsistencia) hayan sido muy perjudicados y diezmados durante varias décadas, entre otras causas, por los subsidios de los países ricos.

Según la ONU las reservas de cereales mundiales están casi al límite de agotamiento. Los precios han aumentado desde principios de 2006 un 217% para el arroz, 137% para el trigo, 125% para el maíz y 107% la soja. Además se necesitarían unos $500 millones (€312 millones) de ayuda alimentaria inmediata para evitar catastróficas hambrunas. Pero como se apunta en el artículo de Spiegel, la teoría clásica económica de la oferta y la demanda no puede explicar en su conjunto las recientes subidas vertiginosas de precios. Y es aquí donde los fondos de inversión de alto riesgo, como también los bancos de inversión, fondos en índices y de pensiones, juegan su papel distorsionador cuando en su pulular alrededor del mundo atacan los mercados de alimentos básicos como monedas en enjambres furiosos.

Muchos de estos inversores parecen no tener consideración alguna o estar ajenos a los efectos que tienen sus apuestas en el casino mundial en el que se juegan sus fortunas. Como bien dicen en el artículo de Spiegel, estas prácticas son el equivalente de jugarse la provisión diaria de alimentos de los más pobres del mundo. Estos fondos de inversión y sus directivos solo están preocupados por el rendimiento de sus inversiones, es decir, han de dar el mayor beneficio en el menor tiempo posible. Para ellos el contexto donde estos juegos de azar tienen lugar no es relevante, a no ser que repercuta negativamente en el rendimiento.

Por ilustrar de alguna manera la problemática entorno a los inversores y directivos arriba mencionados y la libertad de movimiento que se les concede, se podría hacer una comparación con unas compañías farmacéuticas que desarrollasen medicamentos sin hacer ningún estudio sobre los posibles efectos secundarios de los mismos y que directamente los administrase a los pacientes sin ni si quiera preocuparse de observar los efectos post-tratamiento. Además, la agencia estatal ocupada de asegurar la seguridad de los medicamentos haría caso omiso sobre cualquier advertencia asumiendo que lo mejor para las compañías farmacéuticas (y sus directivos y accionistas) es lo mejor para la sociedad en general. Es de hecho como si se le administrase medicinas a los pacientes a sabiendas que estos se pondrán incluso más enfermos. Aunque parezca un tanto descabellado, esto es sin embargo lo que sucede en realidad con los diversos fondos de inversión y las agencias estatales que en teoría se encargan de controlarlos. En resumidas cuentas, lo que prima es el interés de un manojo de inversores y directivos sobre el bienestar y la seguridad de la sociedad en general.

Si la crisis mundial de precios de alimentos básicos nos ha de servir de algo es no solo para que se cuestione el uso de los biocombustibles y el reparto de alimentos básicos en el mundo, ha de ser utilizada como otro argumento más para domar o incluso exterminar esos enjambres furiosos de capital especulativo que no tienen consideración alguna por nada que no sea el beneficio puro y rápido, así como para replantear radicalmente el actual sistema de subsidios agrarios.

miércoles, 23 de abril de 2008

"Waterboarding", un eufemismo atroz



Esta será la última vez que utilizo este infame eufemismo, que no tiene traducción posible al castellano y que no quiere decir otra cosa que
tortura por simulación de ahogamiento. El término se lo sacó de la manga la administración Bush para evitar revelar la evidente connotación de abusos de los derechos humanos y la infracción de la legislación internacional que tiene el término simulación de ahogamiento o asfixia. La administración Bush es una campeona del eufemismo, con otras perlas como "rendition flights" (secuestros y traslados por avión), "enemy combatants" (para evitar el término prisionero de guerra que implica la aplicación de la Convención de Ginebra), "Guantánamo Bay detention camp" (por no llamarlo campo de concentración). En este caso, sin embargo, Amnistía Internacional ha destrozado algunos de estos eufemismos con imágenes, que es quizás la única forma en la que el público en general se pueda hacer una idea de lo que significa para un ser humano ser torturado. Dado que el presidente Bush utilizó su derecho de veto contra una enmienda de ley que prohibiría a la CIA el utilizar técnicas como esta, argumentando que es una técnica "mejorada y aceptable de interrogación", hay que hacer presión de alguna manera, y de momento la campaña de AI es un muy buen intento.

sábado, 19 de abril de 2008

La problemáica de la crítica a la globalización


Uno de los problemas que observo en los movimientos críticos con el modelo de globalización que impera en nuestros días es que muy a menudo no parece estar claro si lo que se quiere es rechazarlo completamente, lo que se parece desear desde ciertos sectores del movimiento antiglobalización, o si bien se pretende reconvertir su potencial en una fuerza transformadora que cree menos desigualdad mundial y que signifique una mejora de las condiciones de vida a todos los niveles sociales, básicamente lo que pretende el movimiento pro justicia global. Es principalmente hacia algunos sectores del movimiento antiglobalización a los que va dirigida esta entrada, ya que creo que el etiquetado de los movimientos tiene su importancia y no me parece que permanecer en el limbo ideológico le haga ningún favor la causa de la justicia global.

Además, existe una tendencia de los medios de comunicación dominantes a retratar en general de una manera bastante simplista (como suele ocurrir con muchas otras problemáticas) las dos caras del debate; o bien se es pro o antiglobalización, sin que se llegue a reflejar las muchas visiones y discrepancias que hay en ambos lados del debate. Esta postura tomada por los grandes medios de comunicación no hace más que agravar y reforzar la tendencia simplificadora de crear una ilusión en los individuos que bien se definen como pro o anti, sin entrar en los importantes matices que definen el debate.

Los términos y etiquetas que se utilizan para definir causas tienen una gran importancia, ya que tienen un impacto directo en la percepción que de ellas nos hacemos, especialmente aquellos que toman interés en la problemática. El hecho de que del movimiento antiglobalización haya surgido una corriente que se denomina altermundista (en Francia, España y otros países mediterráneos) o pro-justicia global (en el mundo anglosajón) denota que el término antiglobalización tiene connotaciones imprecisas y negativas. Dentro del llamado movimiento antiglobalización podemos encontrar a individuos y grupos muy dispares que pueden coincidir más o menos en sus pretensiones, pero que a veces reflejan intereses contrapuestos.

Así, en el saco antiglobalización tenemos desde anarquistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas, ecologistas, feministas y defensores de los derechos indígenas, hasta (ultra) nacionalistas, proteccionistas, relativistas o partidarios de la autarquía económica. No todos los intereses e ideales de estos grupos coinciden, y de hecho en algunos casos se oponen claramente, pero a pesar de ello, muchos de ellos se unieron durante la primera gran protesta contra la globalización en Seattle, Washington el 30 de noviembre de 1999. La cumbre que organizó la Organización Mundial del Comercio (OMC) fue completamente perturbada. La OMC decidió suspender la inauguración y comenzar precariamente las deliberaciones, Seattle se volvió un completo caos, y la violencia en las calles se descontroló hasta el punto de que las autoridades locales declararon el estado de emergencia y el toque de queda.

Esta heterogeneidad tan abrumadora del movimiento crítico de la globalización neoliberal ha sido y sigue siendo uno de sus puntos débiles. No parece haber un acuerdo en si se rechaza la globalización o se quiere otra. Es aquí donde cada individuo ha de hacer, en mi opinión, un esfuerzo por aclarar su posición. Sobre todo pienso que hay que presionar a los medios de comunicación dominantes para que dejen de retratar a los críticos de la globalización como lo han venido haciendo hasta ahora, por ejemplo escribiendo cartas de protesta a los editores. Sobre todo hay que buscar información en los medios alternativos en los que se pueden encontrar opiniones menos tergiversadas. Si se percibe que hay movimientos que piden una globalización alternativa se abre una vía de acción que no sea la mera manifestación radical y violenta sin objetivos claros.

¿Rechazamos la globalización en cualquier forma que se nos presente?, como es el caso de los partidarios de la autarquía económica y de los (ultra) proteccionistas, que pretenden que una nación debe ser capaz de abastecerse a sí misma y cubrir todas sus necesidades con un mínimo de intercambios comerciales con el exterior y rechazando los capitales extranjeros. ¿La rechazamos porque en el fondo todo son embustes burgueses que impiden el desarrollo de la conciencia revolucionaria de la clase obrera?, como proponen los comunistas ortodoxos.

La globalización puede sin embargo jugar un papel muy importante en el desarrollo de las sociedades y economías de los países más pobres. Sin embargo, la globalización neoliberal basada en la teoría económica del goteo, lo que viene a significar que lo que es bueno para los negocios y los ricos es bueno para el resto de la población, crea cada vez más desigualdad tanto entre países como dentro de cada país. El economista John Kenneth Galbraith decía que esta teoría ya se conocía en los EE.UU con el nombre de "teoría del caballo y el gorrión", que viene a significar que si se alimenta al caballo con las suficientes cantidades de avena, una parte de esta llegará al gorrión tras pasar por el sistema digestivo del caballo.

En resumidas cuentas, o ponemos al caballo y al gorrión a dieta y a trabajar por la patria, el partido, o el líder supremo, o intentamos que el granjero tenga consideración por ambos e intente que tanto el caballo como el gorrión cooperen y piensen más allá de sus propios intereses. Entre tanto deberíamos tener claro donde nos encontramos en este importante debate sobre la crítica a la globalización neoliberal.

viernes, 11 de abril de 2008

Conocimiento y vida, ¿patentados o como bienes comunes?

Tomo prestada una idea que Joseph Stiglitz desarrolla en su libro Cómo hacer que funcione la globalización y que me ha llamado poderosamente la atención. Se trata de la comparación que él y otros autores han hecho de la apropiación y privatización del conocimiento con los cercamientos de los terrenos comunales (enclosures en inglés) a favor de los señores feudales, ocurrida en Inglaterra sobre todo a partir del siglo XVII, y que fue el germen del sistema capitalista de mercado que tenemos en la actualidad.


El Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC o TRIPS en inglés), como parte del entramado legal de la Organización Mundial de Comercio (OMC), ha dado una vuelta de tuerca más al ya maltrecho estado de la condición libre del conocimiento humano. No es que los derechos de propiedad intelectual sean un error por sí mismos, existen ventajas e incentivos para la creación y la investigación que tienen claros beneficios para artistas y académicos por ejemplo. Sin embargo, existen áreas donde los derechos de la propiedad intelectual, tal y como se recogen en el ADPIC, suponen una amenaza muy clara y grave para el conocimiento e incluso para numerosas formas de vida. La razón es simple, el ADPIC ha supuesto un triunfo para los intereses corporativos en los EE.UU. y Europa, es decir, ha primado como prioridad absoluta el aumentar los beneficios de accionistas y directivos por encima de todo y todos. Los peor parados, como suele suceder casi siempre, son los países en vías de desarrollo y la inmensa mayoría de la población mundial que no puede permitirse los lujos de los que habitan los países industrializados, aunque en estos últimos países también se dejan sentir los efectos perversos del ADPIC. El peligro lo presentan sobre todo las grandes compañías farmacéuticas y las que se dedican a la manipulación genética, que agravan la llamada
tragedia de los bienes comunes.

Por ejemplo, las compañías farmacéuticas se oponen frontalmente al uso de medicamentos genéricos, es decir, aquellos medicamentos que tienen una composición o principios activos similares a los de marcas registradas pero a un coste mucho menor. Estos medicamentos son producidos en su mayor parte por países en vías de desarrollo para hacer posible que personas con bajos recursos económicos puedan acceder a tratamientos contra el SIDA u otras enfermedades graves. La razón principal que arguyen las compañías farmacéuticas es que si se permite la producción de genéricos el incentivo hacia la investigación y el desarrollo de nuevos fármacos quedaría roto. Sin embargo, como bien apunta Stiglitz, las farmacéuticas invierten mucho más en publicidad o medicamentos relacionados con el estilo de vida (crecimiento del cabello, impotencia masculina, etc.) que en otros medicamentos que prevengan o curen enfermedades, y aún menos en aquellas enfermedades que más se dan en los países pobres como la
malaria o la esquistosomiasis, con lo que esa excusa es inaceptable.

Una ley internacional de patentes tan extensa y favorable hacia los intereses corporativos como el ADPIC crea monopolios sobre áreas de conocimiento que lejos de estimular el desarrollo y la investigación, lo que hace es reforzar el carácter lucrativo de la mayoría de los proyectos de investigación. La disyuntiva que se les presenta a las corporaciones es la siguiente; se investiga e invierte tiempo y dinero en pequeñas variaciones de medicamentos ya conocidos que creen nuevas patentes y/o en medicamentos relacionados con estilos de vida, o se hacen esfuerzos para encontrar medicamentos que salven o mejoren las vidas de millones de personas aunque tengan bajos recursos económicos y/o vivan en los países menos desarrollados. Con los incentivos que crea el ADPIC la primera opción es la que prevalece, con lo que hay que crear otros incentivos y elementos de disuasión para que la balanza no se decante solo del lado del puro beneficio económico.

En 2001 el gobierno de los Estados Unidos no dudó un momento en amenazar a Bayer con hacer caso omiso de su patente sobre Cipro, el antídoto más efectivo conocido contra el ántrax, con lo que Bayer tuvo que ceder en sus pretensiones. Esta medida fue tomada porque se creyó que la emergencia lo requería, sin embargo cuando países en vías de desarrollo intentan resolver sus propias emergencias y crisis causadas por enfermedades como el SIDA, las farmacéuticas con el apoyo de los gobiernos occidentales se niegan a que usen el mismo derecho que los Estados Unidos, lo que equivale a firmar la pena de muerte (lenta y dolorosa) de cientos de miles de personas.

En el mundo académico, el hecho de que no existan derechos comerciales de la propiedad intelectual no significa que el incentivo a la investigación desaparezca. Imaginemos, como dice Stiglitz, que cada vez que a un investigador en un laboratorio o a un matemático se le ocurre una idea vayan a la oficina de patentes con un abogado para registrarla. Se dedicaría más tiempo a cuestiones legales que a la investigación en sí misma. Las corporaciones ignoran esta cuestión totalmente, y además se valen del conocimiento generado por los/as investigadores/as que está a disposición de todo aquel que lo necesite, con lo que dejan ver su lado más hipócrita; ellos se valen del conocimiento generado por otros pero nadie se puede valer del conocimiento generado por ellos.

Las farmacéuticas no dudan tampoco en utilizar plantas medicinales y conocimiento tradicional de zonas y países tropicales para crear medicamentos que luego patentan creando un monopolio sobre su uso, lo que equivale a robar descaradamente ese conocimiento tradicional. A este hecho se le ha llamado piratería biológica. Uno de los casos más conocidos fue el del intento de patentar en los Estados Unidos la cúrcuma (azafrán de las indias) por sus propiedades curativas. La patente se otorgó pero tras años de litigios judiciales finalmente se revocó, lo que costó un tiempo y un dinero muy valiosos para un país en desarrollo como para desperdiciarlo de esta manera.

También está el asunto de los organismos genéticamente manipulados (OGM) y de las grandes compañías que intentan forzar su implantación por todo el mundo, como es el caso de la archiconocida Monsanto. En este caso, se utiliza el ADPIC como una especie de caballo de Troya para meter por la puerta trasera los OGM en los mercados de todo el mundo. Con la (patética) excusa de que los OGM pueden solventar las crisis alimentarias y el hambre de los países más pobres (como si a estas multinacionales les importase el bienestar de los seres humanos), compañías como Monsanto intentan ganarse la confianza de la gente. Hay que recordar que esta compañía fue la que produjo el agente naranja que fue utilizado en Vietnam por el ejercito americano como defoliante causando muerte y destrucción a escalas pocas veces conseguidas.

En un caso similar al intento de patentar la cúrcuma, la compañía americana RiceTec intentó patentar una variante del arroz Basmati utilizando dicho nombre. La patente se le otorgó a la compañía, aunque de nuevo tras costosos litigios la perdió frente a la India. En otros casos sin embargo, países con menos recursos que la India no pueden permitirse el lujo de enfrentarse a dichos litigios y han de ver como los piratas biológicos saquean su conocimiento medicinal tradicional. También son conocidas las prácticas de la compañía Monsanto por las que crea variaciones de plantas que producen semillas que no pueden ser replantadas, forzando a los agricultores a comprar cada año las semillas genéticamente modificadas. Esto equivale a privatizar formas de vida que hasta ahora han estado disponibles libremente. El peligro no solo es social, también lo es ecológico dado que los OGM se pueden propagar y contaminar otras plantas y cultivos, y sanitario ya que aún queda pendiente el probar que los OGM no son perjudiciales para la salud humana y animal.

Para acabar, solo apuntar que una de las más importantes y valiosas facetas de la vida es el conocimiento. Toda iniciativa individual o colectiva que resista la comercialización de esta área de interacción humana es más que bienvenida, aunque sea simplemente porque nos hace más libres y más humanos.


domingo, 30 de marzo de 2008

Cómo hacer que funcione la globalización, Joseph Stiglitz


Hay un antes y un después de Joseph Stiglitz en lo que a la lucha por una globalización más justa e igualitaria se refiere. La razón de ello no es la carencia de buenos argumentos, conocimiento empírico y alternativas a la sabiduría convencional en materia económica, no, la razón es simplemente que debido a los antecedentes de Stiglitz, aquellos que sustentan la llamada sabiduría convencional no pueden ya desestimar de manera seria los argumentos alternativos calificándolos de radicales, disparatados, utópicos, etc. Joseph Stiglitz es premio nobel de economía, fue principal economista del Banco Mundial y jefe de los asesores económicos durante el mandato del presidente Clinton. No es que no hubiesen economistas opuestos al modelo neo-liberal reinante en nuestros días, haberlos haylos, pero el currículo de Stiglitz aporta un peso y una autoridad a dichos argumentos alternativos que hasta hace poco eran impensables.

En Cómo hacer que funcione la globalización Stiglitz presenta, tras una serie de libros y trabajos en los que señalaba las deficiencias del modelo neo-liberal, alternativas posibles y realizables. Su extensa experiencia como académico, consejero gubernamental y alto directivo en organizaciones internacionales hacen que Stiglitz haya llegado a un nivel de comprensión de la problemática del desarrollo y la cooperación internacional que muy pocas personas poseen en estos campos. Pero no hay que llevarse a engaños, Stiglitz no forma parte del llamado movimiento anti-globalización. Como el título del libro indica, él es partidario de la globalización, pero no del modelo imperante sino de un modelo alternativo más justo, igualitario y sobre todo más receptivo a las necesidades de los países en vías de desarrollo que representan a la inmensa mayoría de la población mundial.

Además, Stiglitz hace un esfuerzo importante para que el libro se accesible no solo a aquellos versados en estos temas, sino también a todos aquellos que tengan interés o preocupación por las evidentes disfunciones del sistema actual. Para cada asunto específico, Stiglitz presenta argumentos que reflejan primero ambos lados del debate, y después entra en detalles sobre cómo hacer que los efectos (normalmente) perversos de la globalización se tornen en benéficos tanto para los países en vías de desarrollo como para los ya desarrollados.

Otro mundo es posible y necesario incluso en el caso de que la famosa promesa del modelo neo-liberal -según la cual todos terminarán beneficiándose de la (ultra) liberalización- sea utilizada como excusa a las disfunciones del sistema económico reinante. El modelo neo-liberal asume que siempre va ha haber ganadores y perdedores, pero el mito del goteo de la riqueza desde las clases privilegiadas y las élites hacia aquellos con menos recursos no es más que una quimera. El efecto del goteo casi nunca llega a realizarse, e incluso menos en los países menos desarrollados, con lo que aquellos que salen perdiendo, la mayoría, perciben que la globalización no hace más que dañarlos. De seguir los dictámenes de los neo-conservadores y fundamentalistas de mercado, como los llama Stiglitz, vamos a ver solo un refuerzo de la tendencia actual, es decir, países ricos con gente pobre, un empeoramiento de la tragedia de la inmigración ilegal y un deterioro exponencial del medio ambiente, con los consecuentes conflictos y tragedias que todo ello conlleva.