viernes, 10 de octubre de 2008

Trastorno económico bipolar (TEB)




"El
trastorno afectivo bipolar (TAB), conocido popularmente como trastorno bipolar y antiguamente como psicosis maníaco-depresiva, es un trastorno del estado del ánimo que cuenta con períodos de depresión repetitivos (fases depresivas) que se alternan con temporadas de gran euforia (fases maníacas)."



"Los ciclos económicos pueden definirse como las oscilaciones de la expansión a la contracción de la Economía, que ocurren entre crisis sucesivas. El período más alto del ascenso se denomina auge. Todo ascenso culmina en un descenso."




Hagamos caso omiso a los
eufemismos que utilizan la mayoría de políticos y economistas para describir la actual crisis económica y que se repiten sin cesar desde los grandes medios de comunicación. No estamos presenciando el final de una fase de expansión de la economía, ni estamos entrando en una fase de contracción. No se puede culpar a unos cuantos directivos y/o accionistas de bancos de haber arrastrado, en sus ansias por el beneficio rápido, a todo el sistema a la crisis.

No, esta crisis es sistémica, es decir, afecta a todo el sistema en su conjunto, y tiene su origen en la tendencia del sistema capitalista de mercado a oscilar entre boom y crisis de manera incesante. Además, existe entre la ortodoxia político-económica de nuestros días una visión que lejos de presentar este aspecto como un problema a tratar, lo presenta como un episodio más en el ciclo por el que hay que pasar para que el sistema se depure. En particular la ideología político-económica neoliberal, promueve una visión (panacea) del sistema económico que otorga un papel minimalista al Estado que en todo caso solo ha de velar por el libre y buen funcionamiento del omnipotente mercado.

Así que tenemos un modelo económico que tiene una tendencia innata y patológica hacia la crisis o el boom, y una ideología político-económica reinante que encumbra y potencia esa patología argumentando que es lo mejor para la sociedad, que hay que dejar que la mano invisible del mercado actúe lo más libremente posible y que el Estado se retire de la vida publica. Ello nos conducirá, si no hemos llegado ya, a la mejor de las sociedades posibles.

Si sustituyésemos al sistema económico por una persona que tuviese una tendencia a sufrir temporadas alternantes de gran euforia con otras de profunda depresión, la prescripción facultativa neolibreal consistiría en dejar que esa persona crea que su comportamiento no solo es completamente normal, sino además el mejor de los comportamientos posibles para sí mismo y la sociedad. Además se recomendaría evitar a toda costa que ningún profesional de la psiquiatría pudiese intervenir y recomendar tratamiento alguno que condujese a un cambio de comportamiento.

¿Cuales serían las consecuencias de tal modo de actuación?, posiblemente terminaríamos matándonos entre todos o caeríamos en un completo caos social.

La visión político-económica neoliberal que impera en nuestros días comenzó a adquirir relevancia e influencia con la llegada al poder en la década de los 70 de Reagan y Margaret Thatcher en los EE.UU. y el R.U. respectivamente. Esta visión emana de la obra de Adam Smith y su famosa mano invisible, y posteriormente, entre otros, de Friedrich von Hayek, considerado el padre del pensamiento neoliberal. Hayek era un ardiente defensor del liberalismo económico y otorgaba al sistema democrático un papel secundario. En todo caso, Hayek argüía, se debería alcanzar una “democracia de mercado”, es decir, las ideas políticas han de estar siempre supeditadas al liberalismo económico, de lo contrario más valdría tener un sistema no democrático que garantizase el libre funcionamiento del mercado. Ideas como la “justicia social”, “la redistribución de las riquezas” y la “regulación” eran -- y siguen siendo para los actuales defensores del pensamiento neoliberal –- anatema, es decir, algo maldito, fuera de la susodicha ideología.

Thatcher hizo famosas algunas afirmaciones tales como que “la sociedad no existe como tal, existen los hombres y las mujeres como individuos y también las familias”. Esta sorprendente afirmación emana igualmente de la visión de Adam Smith sobre cómo solo el puro interés personal de cada individuo, sin tener en cuenta alguna otra razón de carácter menos egoísta, puede traer prosperidad y libertad al conjunto de individuos, como si hubiese una mano invisible que equilibra las acciones de unos y de otros. También hizo famosa la dama de hierro la frase “no hay alternativa” (a la ideología neoliberal). En definitiva, no hay mejor prescripción que la de comercializar todas y cada una de las áreas de interacción humana, sin dejar lugar alguno al altruismo, la solidaridad y la responsabilidad para con los otros seres humanos y el planeta.

Visto el descalabro económico, y por ende socio-político, de los últimos tiempos, esa visión de individuos egoístas que solo buscan su propio interés, que anteponen la no interferencia en sus negocios y asuntos a cualquier otra consideración, y que creen que un modelo socio-económico que más bien se comporta como una caprichosa montaña rusa favorece la mejor de las sociedades posibles. Visto todo esto no cabe más que diagnosticar que estamos regidos por un sistema maníaco-depresivo que de no cambiar nos llevará casi con toda certeza a algún cataclismo social como la Gran Depresión de los años 30 que tuvo tan desastrosas consecuencias.

Hay mejores y más humanas alternativas a la ideología egoísta-maníaco-depresiva neoliberal.

No hay comentarios: