lunes, 8 de octubre de 2007

El Relojero Ciego

Sigo bastante enganchado con Richard Dawkins se podría decir. Acabo de terminar otro libro suyo llamado The Blind Watchmaker y aun siguen retumbado en mi mente algunos de sus profundos y poderosos pasajes, sus argumentos evolucionistas, así como el uso magistral que hace de la metáfora. Demoledor, apasionante, intenso, revelador, todos estos adjetivos y alguno que otro se pueden aplicar a esta obra de Dawkins que a veces, al terminar un capítulo, lo hace sentir a uno como si se hubiese hecho el equivalente en esfuerzo mental de correr una media maratón. Se siente a veces una especie de calentamiento cerebral que te hace sentir como si estuvieras en buena "forma mental". Cierto es que dado mi escaso conocimiento en áreas como la biología, la física, las matemáticas o la programación informática, el esfuerzo es seguramente mayor que para alguien menos profano que yo, aunque estoy casi seguro que para cualquiera supondría un ejercicio intelectual considerable. Lo cierto es que mí en particular me ha hecho remover bastante y aumentar ciertas áreas de conocimiento que tenía ciertamente algo anquilosadas.

El título del libro hace referencia al argumento del teólogo inglés del siglo XVIII William Paley sobre la supuesta imposibilidad de la existencia de seres complejos sin que exista detrás la mano creadora de un ser superior. Paley escribió su famosa tesis en una obra titulada "Teología Natural" y lo hizo antes de que Darwin
entrase en escena, lo cual le otorga cierto valor según Dawkins, ya que Paley parece compartir con ambos la admiración y casi el sobrecogimiento con respecto a la abrumadora y bella complejidad que nos muestra la naturaleza. La mano creadora del reloj y de todas los seres y cosas complejas en la tierra son, según Paley y los creacionistas, obra del supremo creador de todas las cosas. Sin embargo está más que demostrado hasta el momento, gracias a Darwin y sus sucesores, que la selección natural es el verdadero relojero, y como dice Dawkins, es ciego, inconsciente, no tiene previsión alguna, y es la única explicación sobre la existencia del aparente propósito que presentan las muy complejas y diferentes formas de vida de nuestro planeta.

Hay algo en los argumentos de Dawkins que me llama poderosamente la atención, y es el continuo paralelismo que hace entre las tecnologías de la información (en particular en lo que concierne al almacenamiento de datos) y la transmisión de información genética que los seres vivos utilizamos en el proceso de reproducción. También utiliza bastantes analogías similares en cuanto al funcionamiento de nuestros sentidos, nuestro cerebro y sistema nervioso. No es que Dawkins equipare ambos fenómenos en nivel de complejidad, obviamente nuestro sistema de almacenamiento y transmisión de información es muchísimo más complejo, pero el principio parece ser el mismo. Sus experiencias con modelos basados en programas informáticos parecen haber ayudado a Dawkins a apreciar mejor el papel central de la herencia genética como la clave del proceso evolutivo. El libro fue escrito en 1986 y es curiosos ver el uso que hace de términos como floppy disk, y como utiliza analogías con su ordenador de 64 Kilobytes; desde luego ha llovido mucho desde entonces y las tecnologías de la información han "evolucionado" enormemente.

Hacia el final del libro Dawkins hace frente a la famosa disyuntiva evolución/creación. Bastantes de los argumentos que utiliza son los que posteriormente utilizó en "The God Delusion", aunque de una manera algo más diluida ya que ese libro no se centra en la temática de la selección natural y la evolución. Me gusta mucho como matiza la cuestión de cómo explicar las formas complejas de vida que hoy existen. Queda bastante claro que la única explicación plausible a esa complejidad es el lento cambio acumulativo que ha producido la selección natural y la mutante transmisión de información genética. Pero la cosa no está tan clara en cuanto a las originarias y extremadamente simples formas de vida que produjeron la vida compleja que hoy vemos. ¿Como pudo producirse el cambio de formas simples de vida a formas auto replicantes (gracias al ADN) con la capacidad de mutar y adaptarse a su entorno? Esta es una pregunta fundamental que Dawkins afronta sin complejos y responde brillantemente, aunque a veces cuesta sudores seguirlo. Los conceptos importantes sin embargo se entienden bien, los matices y ciertas teorías son más duras de asimilar completamente para alguien ajeno a estos campos de la ciencia. Al final se siente uno como si hubiese hecho una maratón mental, y como dijo un crítico, más vale ponerse las zapatillas de deporte mentales porque Dawkins, a pesar de su capacidad y claridad argumental, no ofrece lectura masticadita a sus lectores.

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